Sobre La ficción del ahorro de Carmen M. Cáceres

Editorial Fiordo 2024: 96 páginas

La ficción del ahorro, Carmen M. Cáceres

“…poco a poco fuimos incorporando también la conciencia de que el río se podría llevar. (…) no me gustaba contemplar el río si no veía alguna lancha o embarcación abriendo grietas de espuma blanca en la superficie. Necesitaba referencias que humanizaran esa masa cerrada y nómade que cambiaba todo el tiempo y que hacía pensar en bagres de quince kilos deslizándose lúbricamente por el lecho.

 

    La ficción del ahorro es una novela breve que indaga sobre varios aspectos. En principio, la idea que sirve como título y a través de esta configura una red en la que también se encuentran principalmente las relaciones familiares, los recuerdos y las vivencias de quien regresa a su ciudad natal, Posadas; los vínculos históricos entre Buenos Aires y el interior y una parte de la historia del país – diciembre del 2001- que puso en crisis entre otras cosas la ficción de estabilidad: se impone el “corralito”,  se pierden los ahorros, se pierde el trabajo, se producen saqueos, hay desempleo, pobreza, represión y muerte. Es uno de los tantos momentos que nos marcaron y abrieron nuevas ficciones fundacionales en nuestro país y que actualmente exhiben su carácter ilusorio como, entre otras cosas, por el siguiente titular RT, con satisfacción y perversamente, por el innombrable:

POR EL APRETÓN MONETARIO, INFLACIÓN Y RECESIÓN, AHORRISTAS VENDEN DÓLARES PARA “LLEGAR A FIN DE MES

     Cuando vi la novela de Cáceres me llamó la atención por dos razones o, tal vez, por tres. Primero el título me remitió a Piglia y a través de este a Arlt. Ricardo publicó un gran artículo en 1974: “Arlt: las ficciones del dinero” que comienza diciendo “El dinero –podría decir Arlt- es el mejor novelista del mundo: legisla una economía de las pasiones y organiza –en el misterio de su origen- el interés de una historia donde la arbitrariedad de los canjes, las deudas, las transferencias es el único enigma a descifrar. En este sentido para Arlt el dinero es una máquina de producir ficciones, o mejor, es la ficción misma porque desrealiza el mundo.” Este artículo piensa la ficción de Arlt en oposición a otras narrativas –las de gran parte del grupo Boedo y su denuncia de las miserias de lumpenproletarios- en las que el trabajo era el eje y este, según Piglia, solo puede producir “miseria, es decir, miseria de signos narrativos.” Y también retomando un aguafuerte – “Causa y sin razón de los celos”- se refiere al ahorro como la parodia del dinero truhanesco y burlón –el que se “fabrica” ilegalmente- y lo asociaba con la hipocresía, el silencio y la sordidez. No con la aventura, sino con una condena porque no circula.

    La segunda razón, es que se trata de una novela que transcurre y está escrita por alguien que nació en Misiones y que corre un poco el eje del porteñocentrismo y esto se evidencia en uno de los epígrafes: “Toda literatura es provinciana. La literatura es provincia, tierra de vencidos.” (Luis Chitarroni).

    En último lugar, creo que mi experiencia personal durante los 90 y la crisis del 2001 siendo estudiante y perteneciendo a eso tan difuso y a la vez reconocible que es la clase media argentina como la protagonista de la novela, Belén.

   Como toda ficción, esta novela se conecta y funciona en esta y otras redes, pero no deja de tener su especificidad. Una joven regresa a Posadas como encargada de acompañar a su padrastro al banco para retirar de las cajas de seguridad 90 mil dólares, los ahorros de él y su esposa, la madre de Belén. Se trata de poner a resguardo frente a los sucesos del país, lo que justamente funciona como resguardo. Este hecho personal, familiar narrado con una gran suspenso se abrirá a dos reflexiones. En primer lugar, las que giran en torno al ahorro como ficción, fantasía:

La tranquilidad no está en el futuro, sino el presente que se ordena porque el ahorro moldea la imaginación. Delimita el tamaño de los futuros posibles, recorta las fantasías íntimas para que se conviertan en imágenes realizables (….) La historia del ahorro, por lo tanto, es una posible historia de la fantasía humana. O más precisamente, de la fantasía familiar.”

   En segundo lugar, se reflexiona sobre la forma de narrar la propia historia individual. Los tres capítulos comienzan con “Conviene tener siempre”: un comienzo, un pasado -un relato habitable a disposición- y un futuro. Pareciera ser el reverso de la ficción del ahorro de quien narra, una especie de ahorro narrativo.

   Y la novela enlaza la historia del ahorro, es decir, lo que se circunscribe a la historia familiar con la historia del país: se trata de un relato sobre los vínculos que se dan al interior de una familia “ensamblada”. Y en este sentido, el recuerdo de la llegada de la hermanastra en 1995 a la casa marca una relación también con el ahorro, con el dinero al interior de la familia y en ese ir conociéndose, aceptándose. Además, se introduce un relato bellísimo y a la vez sórdido: el ingreso a la casa vecina abandonada luego de que la hija se suicidara de un disparo años atrás en el baño. Es un relato bello porque es un episodio donde en cierta manera las tres hermanas se reconocen, terminan de aceptarse, se introducen en un misterio, pero además se encuentran con lo que queda atrás cuando se trata de huir del pasado: la ropa de la joven, perfumes, fotos, pero sobre todo, un frasco con australes. Se trata de la imposibilidad histórica del ahorro en la propia moneda y, que el tiempo exhibe en su precariedad.

   Si la entrada en el pasado recordado a esta casa abandonada funciona de esta manera, como imagen de la inmovilidad, de lo que se pudre por no circular, también la presencia del Río Paraná tiene su significado, corre a la par de la novela, está presente como un elemento identitario, pero sobre todo, funciona también como el espacio donde se trafica, se contrabandea, aparece en la actualidad del relaro un canoero muerto y se conecta con el exterior; como los dólares es un punto de la relación entre lo nacional y lo extranjero:

“…los canoeros y las paseras a veces se quedan con algunos productos que venden más tarde para sacar una diferencia. La voluntad de supervivencia adopta estas formas en Misiones, flexibles y singulares como los miles de enredaderas en los árboles.”

 El río y lo que arrastra resulta tan oscuro y en movimiento como la vida familiar, como la vida de un país y, en última instancia, como el dinero.

    En algún momento hacia el final la narradora piensa que “es increíble que se hayan alineado tantas calamidades: la crisis, los ahorros del banco, las tormentas, el muerto” y este bien podría llegar a ser una síntesis de lo que circunda al relato que centralmente creo que podría funcionar de manera similar a una novela de aprendizaje en la que la protagonista hacia el final descubre que la ficción del ahorro, que el ahorro mismo que se había imaginado se ha convertido en otro relato. Como dice Piglia, el ahorro, su ficción arrastra cierta hipocresía, el silencio y la sordidez de la clase media, pero también en esta novela una bella historia sobre los vínculos familiares y sobre los aprendizajes.

 

 

 

 

Carmen M. Cáceres

Nació en Posadas, Argentina, en 1981. Es escritora, traductora e ilustradora. En 2016 publicó su primera novela, Una verdad improvisada (Pre-Textos, España) y en 2021 el ensayo ilustrado Un año con los ojos cerrados (Papeles Mínimos, España) en coautoría con el escritor Andrés Barba, y en 2022 Al borde de la boca. Diez intuiciones en torno al mate. Ha traducido del inglés piezas de ficción de autores como Joseph Conrad, Daniel Defoe o la correspondencia de las hermanas Mitford, y obras de no ficción de Robert Bellah y Barack Obama. Como ilustradora, se formó en Madrid y Nueva York, y trabaja técnicas mixtas de collage en lienzo y fotografía analógica. Realizó portadas para varias editoriales literarias.

 


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