Luz de agosto, (1932) William Faulkner
Debolsillo 2022: 475 páginas
Traducción: Enrique Sordo
“Hightower oye que, desde las profundidades de su cerebro, llegan aquellas palabras engañosas, calmantes: ”No, no. He comprado la inmunidad”. Ahora son como palabras pronunciadas en voz alta, oaralabras reiteradas, pacientes, justificativas:”He pagado por ello. No he regateado el precio. Nadie me lo pdorá reprochar. Todo lo que yo quería era paz. Y la pagué sin regatear”.
“Al parecer, un hombre puede soportarlo todo. Incluso puede soportar aquello que nunca ha hecho. Incluso puede soportar la idea de que, si pudiese echarse a llorar, no lloraría. Incluso puede soportar la idea de no mirar atrás, aunque sabe que mirar atrás o no mirar vendría a ser la misma cosa.”
“Luz de agosto” tiene varias líneas narrativas, pero simplificando encontraremos a cuatro personajes. En primer lugar, Lena cuya historia abre y cierra el libro con un tono más cercano a la comedia y a cierta luminosidad en su constante periplo en búsqueda del padre de su hijo desde Alabama hasta Jefferson, en el estado de Mississippi. En segundo lugar, y más centralmente es la historia de Christmas atormentado por su origen racial no del todo esclarecido, pero que funciona como detonante en su vida y en la relación con la sociedad en su conjunto: su padre es negro y su madre blanca. Una vida marcada por todos los puntos de conflicto del sur de los EEUU, pero sobre todo, el racial y el religioso. Una vida cruzada por el abandono y la violencia de la que es víctima, pero también la que descarga él mismo. En tercer lugar, Byron Bunch a quien encuentra Lena al llegar a Jefferson y quien en gran parte funcione como una voz que relata lo que va sucediendo en pueblo, sobre, todo al reverendo Hightower, el cuarto – uno de los personajes más interesantes, complejos y misteriosos- que vive recluido en su casa desde que fue expulsado de la iglesia y violentado por la sociedad hasta su aparente olvido, pero también por su propio pasado familiar. Son cuatro historias que funcionan como punto de aglutinación de otros personajes y a partir de los cuales se arma una especie de mosaico social que iremos armando fragmentariamente a lo largo de la novela.
“Luz de agosto” es una novela inmensa y creo que lo es no tanto por su complejidad técnica –por lo menos para el lector contemporáneo-, sino por la construcción de los personajes. Son los conflictos sociales e internos que tensionan hasta la exasperación a estos lo que resulta complejo, lo que nos deja en un estado de asombro, horror y de reflexión, girando en el misterio oscuro de sus vidas.
La técnica narrativa está al servicio de este conflicto y al estilo de Dickens -uno oscuro, brutal y sin pedagogía- nos encontramos con un relato que utiliza los motores clásicos de la narración: los misterios, las revelaciones de vínculos, el cruce de personajes y el manejo de la información narrativa necesaria para mantener el interés del lector. En este sentido, Luz de agosto es una novela que se lee con avidez.
Las historias que se irán desarrollando y entrecruzando, tal vez, tengan como núcleos conflictivos algo tan simple -por ser claramente definitorio y evidente- como lo son la cuestión religiosa y la racial en EEUU posterior a la Guerra de Secesión. Es una sociedad que en cierta manera se organiza y se distribuye en relación a estos dos centros que son motores narrativos en cuanto a que hace mover a los personajes, son causantes de la violencia, de una violencia latente, pero que surge de manera abrupta y desmesurada. El movimiento que es búsqueda en Lena, en Christmas es una huida desesperada que tiene por momentos una gran cuota de expresionismo alucinatorio, casi una sombra fantasmagórica y en otros es un animal, una presa que huye de su verdugo. Pero también hay otro movimiento es el de clausura a partir de la violencia de la sociedad, de una especie de claudicación: el de Joana Burden y el de Hightower encerrados en gran parte en sus casas.
Es difícil comentar en poco espacio esta novela que además tiene su cuota de descubrimientos, de revelaciones que cada lector ira transitando, así que solo mencionaré lo que más me fascinó:
— Los personajes tensionados por sus conflictos internos y su relación con una sociedad que funciona como causa y detonante de los mismos.
— Lo más maravilloso de la novela, lo que no me dejaba de sorprender es la manera en que se arma la narración a partir de situaciones en que un personaje cuenta a otro algo que le contaron o presenció. En la mayoría de los casos es una forma de ir completando lo que no sabíamos, pero lo grandioso es el tono que cada uno le imprime a su relato, el conflicto que implica eso que está contando para sí mismo y para el que lo escucha. Y además, estos puntos de vistas nos alejan de una supuesta verdad sobre los hechos, pero nos revelan una sobre los personajes mismos.
— La variación de tonos y ritmos narrativos a causa de estos puntos de vistas, pero también de un narrador en tercera que ensaya modos de narrar que son orgánicos a los hechos.
— Las pequeñas descripciones con una gran carga poética mediante los cuales se construye toda una vida o un estado en particular.
— Los detalles que tienen gran poder evocador y que muchas veces se relacionan con las descripciones: una postura, una forma de mirar, un gesto, la posición de las manos, etc.
— Las simetrías, las dualidades o desdoblamientos de personajes, hechos o situaciones.
“Luz de agosto” me pareció una novela grandiosa por algunas de estas cuestiones que menciono. Los hechos son brutales, con personajes violentos o recluidos que soportan. El sur tendrá sus muertes violentas, se horrorizará, pero también tendrá su momento de justicia por mano propia, su linchamiento y así podrá entrar en una especie de letargo hasta la próxima ocasión en que el racismo y la intolerancia religiosa encuentren el combustible para volver encender el fuego:
“Ahora, cuando todos habían terminado de interpretar los papeles que les fueron encomendados, podrían vivir en paz los unos con los otros.”
Maximiliano DC 
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